7. AMORES Y DESAMORES
 

Rocío Jurado

7. AMORES Y DESAMORES



Rocío Jurado es una artista cuya vida sentimental se prodigó poco en los medios de comunicación antes de conocer al que queria ser su marido,Pedro Carrasco. Ni protagonizó escándalos ni se le conocieron idilios. Aunque muchos fueron los que cayeron rendidos ante sus encantos ella no quería saber nada de novios ni de amoríos, ya que estaba muy metida en su profesión, a la que dedicaba todas sus energías y todas las horas del reloj.

Así, a todos aquellos pretendientes que le confesaban su amor en aquellos primeros años en madrid les decía: "espera unos añitos hasta que sea artista y ya veremos"

Algunos quisieron aprovecharse de ese deseo de llegar a ser artista de
aquella jovencita, pero a todos les supo parar los pies. A Bambino le propinó una tremenda patada cuando intentó propasarse con ella; a un tal Picoco, que quiso besarla sin su permiso, le desgarró la camisa, incluso dejó KO al propio Manolo Caracol, cuando éste quiso aprvecharse de la chiquilla.

Aquella fierecilla sabía que su belleza le abría muchas puertas, pero que tambien podía cerrárselas. Ella quería llegar a ser artista por sí misma, por sus propios méritos.

Tan sólo se le conoció un novio, antes de su matrimonio. Se trataba del empresario valenciano Enrique García Verneta, cuñado de Salomé, quien abandonó sus negocios para convertirse ademas en su representante. Esta relación duró siete años. Precisamente cuando se encontraba muy deprimida por haber roto su noviazgo y además se encontraba recién operada de un nódulo, que la habia alejado de la música durante algunos meses,conoció a Pedro Carrasco del que se enamoró rapidamente y él de ella. Fue un auténtico flechazo y una historia casi de película.

"A Pedro le conocí cuando atravesaba una época muy mala" - cuenta Rocío-. Un buen día coincidimos en una corrida benéfica que se celebraba en la plaza de toros de las Ventas, de Madrid, en el verano del 74, con un calor tremendo que hacía y de público hasta la bandera."

Pedro le brindo la muerte del becerro que estaba toreando, lanzándole un gracioso piropo: "si te llegan a hacer mas guapa te estropean".
Al finalizar la corrida, un grupo de fans fueron arrinconando a Rocío hacia la barrera, pidiéndole autógrafos y dedicatorias. Al retroceder, se clavo un hierro en la cadera y del dolor tan intenso, se desmayó. Al despertar lo primero que vio fue a Pedro abánicandola con un periódico. Y, surgió el flechazo. Pocas semanas después se hicieron novios, aunque la prensa no tuvo conocimiento de ello, hasta después de algunos meses, cuando sus sentimientos estuvieron más afianzados.

Año y medio después de aquel desmayo, se casaban en Chipiona, en el santuario de la Virgen de Regla, el 21 de mayo de 1976.


"Me casé con una ilusión muy grande y muy enamorada de Pedro -
recuerda Rocío - Fue un día maravilloso. Acabé extenuada de atender a tanta gente, pero ¡Que bonito!"


El matrimonio Carrasco pasó su luna de miel en un hotel de Sevilla, en el que tuvieron que esperar hasta altas horas de la madrugada a que se fuera todo el mundo del pasillo en donde estaba situada las suite nupcial, ya que Rocío quería que la entrara en brazos a la habitación y ello exigía un mínimo de intimidad. Por aquel entonces, el boxeador era mucho más popular que ella, ya que recientemente había conquistado el título mundial de los pesos ligeros. Sin embargo, tras la boda, abandonó definitibamente el boxeo dedicándose por entero a sus negocios y a su familia. Rocío fue quizá quien más influyó en que tomara esta decisión, ya que aún reconociendo la nobleza del deporte, no le había gustado nunca a nivel profesional.


"A mí me gustaría que el boxeo fuera solamente exhibición, que se marcaran golpes, pero que no se fuera a destrozar al otro", decía en aquellos años.

Por su parte, la carreara de Rocío Jurado entró en una etapa de despegue tras su boda. Los éxitos de sus álbumes "Si amanece" y posteriormente "Señora" marcaron el ritmo de su marcha hacia la cumbre.


Contaba también con el apoyo de su marido, que la acompañaba en todas sus actuaciones y la animaba entre bastidores gritandole "¡guapa, fiera!" , para darle así esa fuerza y ese temperamento de rompe y rasga, del que hacía gala en cada una de sus canciones. Pero sobre todo, contó con el amor de su hija Rocío, que trajo al nacer el pan del triunfo bajo su brazo.

En efecto, el 29 de abril de 1977 y a las dos y media de la tarde, nacía una preciosa niña de tres kilos y medio de peso,a la que, siguiendo la tradición, pusieron de nombre Rocío.  Curiosamente, la niña nació el mismo día que su bisabuela Rocío cumplia 77 años, aunque por su delicado estado de salud no pudo acudir a la clínica Loreto de Madrid, en donde nació la pequeña. Pocos días después, no obstante, podían reunirse cuatro generaciones de jurado :la abuela, la madre, la nieta y la biznieta, con gran emoción por parte de todas.

El parto fue atendido por el doctor Mendizábal, el mismo que asistió a la reina Doña Sofía en los nacimientos de sus hijas,las infantas Elena y Cristina. Tanto la madre como la hija se encontraban perfectamente, el único que tardo en recuperarse fue Pedro, el padre de la criatura, quien no pudo estar en el quirófano por el estado de nervios en el que se encontraba.

Desde aquel momento, la pequeña Rocío se convirtió en el mayor motor de la pareja, capaz de mover el dificil engranaje que ensamblaba trabajo, viajes, familia y hogar.

"A mi hija siempre le he dado el mimo de madre, aunque exiguiéndole que cumpla con sus deberes: sus estudios y su educación -decía Rocío. Quiero transmitirle todo lo que me han enseñado a mí y lo que he aprendido por el mundo"


El amor que tanto Rocío como Pedro profesaban a su hija, ha superado con creces los momentos difíciles que vendrían tras su separación. Madre e hija se sienten muy unidas, se cuentas sus confidencias y se intercamian ya la ropa. Todo el tiempo libre del que dispone, se lo dedica a su hija. Por su parte, y esto es lo bueno, la relación de Rocio Carrasco con su padre también es fantástica, ambos se adoran y a pesar de ya no vivir juntos, se ven frecuentemente y comparten mucho tiempo, en especial cuando la madre debe estar fuera de casa por su trabajo.

El trabajo fue, sin embargo, la causa de las primeras desavenencias matrimponiales que saltaron a la prensa en el año 1981 y que fueron desmentidas por la pareja en un primer momento, aunque años después reconocieran aquella primera crisis atrimonial que, pese a todo, resultó muy positiva para ambos, ya que su amor salió fortalecido.

Sin embargo, no tendrían la misma suerte ocho años después, cuando
iniciaron los trámites de su separación en el verano del 89. Su 13.º aniversario de boda lo habían pasado separado y aunque esto sorprendió a muchos quedo quedó disculpado por los imponderables de la profesión. Aunque Rocío confiesa haber luchado con todas sus fuerzas para salvar su matrimonio, éste fracasaba definitivamente.

La suya ha sido una separación ejemplar, completamente civilizada, quizá porque se habián querído demasiado y no deseaban que esto también se viniera abajo.

"Desde que Pedro y yo nos separamos -confiesa la cantante- hemos mantenido una relación muy buena, porque la nuestra fue una separación bastante sosegada, sin bromas ni tremendismos, ni esas cosas que suelen hacer la gente cuando se separa."


Precisamente, esta buena relación que, a pesar de todo, sigue existiendo entre la pareja, ha sido el motivo de que en numerosas ocasiones se hablara en distintas publicaciones de una inminente reconciliación, cosa que ha sido negada repetidamente tanto por Rocío como por Pedro. No existe ni existirá posibilidad de reconciliación, porque esta decisión que tomaron es demasiado dura y demasiado seria como para ir jugando con ella.


Ambos están convencidos de que separarse era lo mejor, lo único que podían hacer para no deteriorar más la relación entre ellos. Si bien es cierto que el amor y la pasión ya no existían, todavía mantienen una gran amistad y , sobre todo, tienen una hija en común, a la que ambos adoran y por la que están dispuestos a superar todos los puntos espinosos, para que sufra lo mínimo posible.

"Nosotros hemos comprendido que aunque algunas cosas estén deteriporadas no todo estaba perdido, en el sentido del cariño y del rspeto hacia el otro como ser humano. ¿No todo es amor y pasión, hay unos sentimientos de amistad que también son muy importantes!," - Confesaba recientemente Rocío.

Pese a todo, Rocío se vino abajo tras la separación. No estaba preparada y cayó en una gran depresión. Fueron horas muy amargas que sólo cedían ante su público y ante su hija.

"He sido siempre una persona muy abierta, muy luchadora -se define Rocío-. Pero lo de la separación no lo he llevado como yo pensaba. Creía que iba a reaccionar de otra forma, pero me vi desamparada, con una pena muy grande al ver mi vida por el suelo, todo en lo que yo había creído y por lo que había luchado: mi casa, mi familia, que mi hija pudiera vivir en un hogar con su padres juntos, como yo viví en el mío... Creía que era lo suficientemente fuerte como para afrontar una separación, pero la verdad es que no estaba preparada. Me vine abajo y me costó mucho reponerme. Lo he pasado mal, muy mal."

Por ello, cada vez la prensa hablaba de reconciliación, Rocío montaba en cólera. Es una artista que siempre ha colaborado mucho con los periodistas, en el sentido que jamás se ha negado a comentar cualquier cuestión que le han planteado, por muy espinosa que fuera, ni jamas ha vendido exclusivas sobre algun acontecimiento de su vida privada o artística. Al contrario, todos los medios han encontrado en ella una interlocutora amable y profesional, dispuesta siempre a brindar toda la información de que dispone sin hacer discriminaciones ni distingos.

"Soy una persona que ha luchado mucho por ser conocida y ahora que lo he conseguido no voy a molestarme por serlo. Procuro, eso sí, salvar lo mas posible mi intimidad, porque la necesito, aunque reconozco y comprendo que hay personas que quieren saber y cuanto más mejor. Por eso nunca me peleo con los periodistas, porque sé que están cumpliendo con su trabajo. Sin embargo, sólo mi arte es público, yo no. Mi intimidad no tiene que estar expuesta constantemente a la gente. Mi vida íntima no está en venta."

Poco a poco, con la ayuda de los suyos, de su familia y de su trabajo, Rocío pudo salir del bache y afrontar cara a cara su situación. En la
actualidad su profesión y su hija son los motores que mueven su vida, aunque superado ya el tema de la reconciliación, se le achacan continuos romances.

Así, se ha hablado de su relación con Miguel Ocón, con el banquero conde Güell, con el periodista Jesus Quintero , en todos los casos Rocío lo ha desmentido que existiera una relación sentimental que fuera más allá de una buena amistad. Por ahora es una mujer libre, dedicada a su trabajo y que ni siquiera ha pensado en la posibilidad de encontrar otra pareja, precisamente porque considera el amor algo muy importante como para andar jugando con él.

Una anécdota que explicaba la propia cantante hace pocos meses ponía de relieve esta 'persecución' por parte de algunos periodistas que querían sacar por todos los medios la noticia de un romance.


"Hace poco salí una noche al portón y tuve una mala experiencia. Un fotógrafo me insistía una y otra vez para que le hablara de Miguel Ocón, pero como yo me mantenía callada, me dijo: "Si estas enfadada conmigo dame una bofetada". Queria que le pegara un guantazo para que otro fotógrafo que estaba escondido tirara la foto y a partir de ahí montarse qué se yo qué historia.

" Han intentado de otras formas adjudicarme un amor. Cuando yo esté enamorada no tendré por qué ocultarlo. Soy una mujer libre y puedo enamorarme sin tener que esconderme . Pero yo prefiero no ganar ni un duro si tengo que perder mi dignidad."

Desde que se separó en julio de 1989, no ha querido hablar nunca de los motivos que provocaron su fracaso matrimonial, mientras que en alguna ocasión, Pedro Carrasco afirmó que la causa principal había sido la distancia y la soledad. Preguntada por este punto ella contestó:

" Si tuviera que echarle la culpa a alguien,se la echaría a la vida, que es muy fuerte, como lo es la convivencia. Es tan difícil llegar a ese estado de comprensión absoluta en una pareja que consiga calmar todas las tempestades. No creo que sólo haya sido la distancia la culplable de todo. En la vida hay muchas cosas que se van conformando poco a poco y que llegan a crear un núcleo que te hace insostenible una situación."


Otro de los detalles que más ha chocado en la opinión pública es que , a pesar de la separación el padre de Pedro Carrasco sigue viviendo en la casa de la Moraleja, con Rocío Jurado y su nieta, Rocío Carrasco. El generoso corazón de su nuera quiso que siguiera viviendo en la mejor habitación de la casa, porque ése ha sido y es el verdadero hogar de su suegro.

"El abuelo vive con nosotras -explicaba la cantante- porque ésta es su casa. Fue su casa desde la primera vez que entró en ella y lo seguirá siendo mientras él quiera. Todos estamos pendientes de él y él quiere estar aquí con su nieta. Y por lo que a mí respecta, creo que es una de las personas que más me quieren en el mundo. Tiene una ternura hacia mí que no la tienen algunos miembros de mi familia y eso que me quieren mucho. Siempre está pendiente de mí, de si trabajo o estoy cansada. Siempre me dice ¡"Hija mia, otra vez a trabajar! ¿Cúando te vas a tomar un descanso?¡Cuídate! porque si tú no te cuidas,¿quién lo va a hacer?"


Desde que hace unos años fue operado, el abuelo ya no pasa temporadas en su pueblo natal, Alosno (Huelva), ahora sólo pasea por el jardín de su casa de La Moraleja y es feliz viendo crecer a su nieta y recibiendo allí las visitas de su hijo, Pedro, y del resto de sus familiares que vienen a verle con frecuencia.

En este momento, el abuelo, su fiel secretario Juan y su hermano Amador, que es quien lleva sus asuntos profesionales,son los únicos hombres que comparten la vida con Rocío Jurado, pero aún queda mucha tela por cortar y en cualquier momento puede surgir de nuevo el amor en esta gran mujer.

"Yo creo en el amor, por eso no soy muy enamoradiza. A una persona enamoradiza le gusta cualquiera y piensa que el amor eterno dura una semana o una mes. Por carácter o por educación, para mí el amor es mucho más y está por encima de todo," dice Rocío Jurado.







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