Rocío Jurado
7. LA ESTRELLA DE 'AZABACHE'
Otro giro de Rocío Jurado, en el otoño de 1988, lo constituyó su siguiente álbum compuesto por Juan Pardo:
`Punto de partida'.
De baladas, por supuesto. Y en ese guadiana que preside su carrera musical, le llegó la hora de cambiar de compositor otra vez, en unos momentos personales muy difíciles para ella.
Después de trece años de matrimonio con Pedro Carrasco, se separaron en el verano de 1989.
"Había días en que no tenía ganas de cantar pero cuando salgo a un escenario debo olvidarme de todo, incluso de mis penas. En los peores momentos, he seguido adelante, gracias a mi hija".
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En julio de 1990 apareció 'Rocío de luna blanca', elepé con temas de José Luis Perales.
En él se reflejaba a una Rocío íntima y profunda, canciones de hermosas melodías y desgarradoras letras.
La crítica dividió sus opiniones, como en los toros. Era un etapa difícil para la artista. Se daba el caso de que, gozando de una gran popularidad, apareciendo semanalmente en las revistas del corazón, no vendía el número de discos suficiente.
Tuvo problemas con su casa discográfica y no renovó el contrato. Su siguiente grabación, titulada 'Nueva Navidad' apareció en las Navidades de 1990 con una multinacional norteamericana. Reunía once villancicos.
Tuvo una tirada reducida. Fue un capricho de Rocío que había hecho la promesa hacía tiempo de grabar un disco de esa naturaleza.
Salvo en sus comienzos y en sus versiones de coplas de la postguerra, Rocío Jurado grabó siempre canciones propias en los cuarenta álbumes registrados hasta 1992, y la única folclórica junto a Juanita Reina y Concha Piquer , y la única en la actualidad, en estrenar coplas inéditas.
Pero en 1991, mientras esperaba que Manuel Alejandro le terminara de componer un álbum ( y es un autor lento, que se autoconfiesa perezoso) , se vio obligada, por contrato, a sacar al mercado un nuevo disco.
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Dada la urgencia, Manuel Alejandro le sugirió una serie de piezas que habían estrenado otros intérpretes, Plácido Domingo, Emmanuel y José Luis Rodríguez "El Puma".
Ese disco de Rocío se titulaba 'Sevilla', del que destacó la hermosa "Sevilla" y el pasodoble con más éxito de las últimas décadas: "Viva el pasodoble".
Por esa época, Rocío viajaba frecuentemente a Miami, con la idea de establecerse allí algunas temporadas, pues posee un amplio apartamento en una zona residencial. En sus presentaciones en directo, Rocío interpretaba una canción en inglés, "Feelings" y otra en italiano, "Non credere".
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A principios de junio de 1992, con motivo de la Exposición Universal de Sevilla, Rocío Jurado participó en un gran expectáculo, de elevado coste, titulado "Azabache".
La venganza de un género maltratado por las circunstancias políticas del país: la Copla.
Y aunque en él tomaron parte Imperio Argentina, Juanita Reina, Nati Mistral y María Vidal, la estrella era Rocío, sin discusión.
La mayor parte de la larga función - cuatro horas - corría a su cargo.
Rocío cantó "Suspiros de España", "Carmen de España", "Tatuaje", " Con ruedas de molino", " Amantes de abril y mayo", "Soleares de la bahía", "Triniá","Ojos verdes", "El clavel" y "El relicario". También nos regaló parte flamenca cantando "Qué no daría yo", "Que nadie regala ná", "Para triunfar en la vía" y "Fandangos del descubrimiento".
En el otoño de 1992 se destapó públicamente su relación sentimental con el matador de toros José Ortega Cano.
Desde los tiempos en que Pastora Imperio se casara con Rafael Gómez "El Gallo", los romances entre toreros y folclóricas han sido muchos.
Y a finales de enero de 1993, Rocío fue la estrella de un nuevo disco, 'Como las alas al viento', quizá el más variado y ambicioso de los suyos, compuesto por diversos autores. La canción que daba título al álbum era un himno-plegaria; un monólogo musical dedicado al Creador. Oración que bien pudiera catalogarse como espiritual gitano, original de A. Abellán.
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Otro de los títulos, "Virgen de Regla", de Willy Chrino, llevaba ritmo de danzón cubano; otro rezo musical dedicado a la patrona de Chipiona, ciudad natal de la artista.
Sorprendieron las daptaciones de tres temas clásicos. Uno, "Canción de cuna", basado en "Berceuse", de Brahms; otro, "Soy como soy", de La Bohéme, de Puccini, y el tercero, "La sed del mar", del "Tango" de Albéniz.
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Junto a otras canciones actuales, figuraban dos dúos de Rocío con José Luis Rodríguez "El Puma" y la cantante mexicana Ana Gabriel, titulados respectivamente, "Amigo amor" y "Amor callado".
Rocío Jurado continúa llena de ilusiones, personales y artísticas. Su madurez como cantante coincide con el auge de la copla, género al que ella ha aportado mucho. Tiene el privilegio de ser dotada con mejor y más potente voz ; un talante dramático que otras no han tenido.
Hay que atribuirle una renovación en el género a la hora de salir al escenario, con unos vestidos innovadores para la época y que realzaban su belleza y escultural figura, nunca dejando de lado la bata de cola: "la mujer, vestida de flamenca, más guapa está".
Rocío es el la fuerza, la entrega, la perfección vocal; el poderío en persona.
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